Personajes de la cuarentena

Personalidades con las que quizás te sientas identificado

Antes del aislamiento, algunos considerábamos que el quedarse en casa era una suerte. Tener el privilegio de disponer de nuestro tiempo para cocinar y comer con calma, hacer las labores de la casa, ver televisión o simplemente hacer nada. Para muchos, dentro de la normalidad de la rutina, esperábamos con ansias que llegue el fin de semana o algún día feriado para tener el deleite de quedarnos en casa.

¿Pero qué sucede cuando aquel precioso tiempo se extiende de forma indefinida? En esta situación tan particular se suma un virus que acecha, mientras el miedo y la incertidumbre se apoderan de nosotros.

Tras semanas de mantenernos en casa, los estragos de tanto tiempo  se hacen evidentes y han aparecido los siguientes personajes.

Los que teletrabajan

Es tal la exigencia de esta nueva modalidad que literalmente deben estar pegados frente al computador. Su jornada normal se ha extendido a más horas y resulta que ahora el estrés y los requerimientos son mayores. A ello se suma que deben estar a merced del internet, el que se vaya la señal es sinónimo de desastre. Qué decir de quienes son enemigos de la tecnología, el teletrabajo ha resultado un calvario.

Los Social Media

Han aparecido los nuevos talentos de redes sociales, personas que han aprendido a utilizar las herramientas digitales para difundir sus videos de cocina, manualidades, canto, arte, ejercicio y hasta filosofía. Ahora saben lo que es Tik Tok, utilizan editores de video e imagen, y por sobre todo han dejado de lado el miedo y la vergüenza, para compartir con el mundo lo que saben.  ¡Y vaya que algunos tienen talento! 

Los nuevos amos de casa

Nunca hicieron las tareas del hogar y ahora tienen que lavar, limpiar y cocinar. Han aprendido por necesidad o incluso por aburrimiento a hacer las labores de la casa y solo ahora comprenden el tiempo, esfuerzo y trabajo que requieren.

Los padres estresados

Aunque aman con locura a sus hijos, después de tanta convivencia y encierro se dan cuenta que los pequeños no son tan angelicales como pensaban. Son tal las travesuras, berrinches y caos en el hogar que algunos padres están en proceso de recapacitación y han llegado al punto de compadecer a los maestros y niñeras de sus hijos.

Los alumnos digitales

Han dispuesto de su tiempo para aprender algo nuevo y han aprovechado las bondades del internet. A través de distintas plataformas están aprendiendo a cocinar, pintar, tejer, dibujar y hasta bailar. Se han inscrito en tal cantidad de cursos, que no dan abasto a tanta actividad.

Los que comen

Compraron insumos alimenticios (principalmente golosinas) con el propósito que duraran un mes. Por desgracia, la tentación fue más fuerte y han terminado con todo en menos de una semana. Como consecuencia han tenido que aprovechar lo que ha quedado en su despensa y han manifestado sus dotes culinarias para preparar éxitos y fracasos para el desayuno, almuerzo, café de la tarde y merienda.

Los que hacen ejercicio

Este grupo es consecuencia de las acciones del grupo anterior, necesitan estar en actividad y se resisten a subir de peso. Han dispuesto un lugar en la casa para hacer su rutina de ejercicios y han adaptado ciertos artículos de la casa para complementar su actividad física. Botellas llenas de arena, palos de escobas, colchonetas, cargar al perro a manera de pesa… ¡Todo sirve!

Las parejas que se conocen

Tener tanto tiempo bajo el mismo techo ha resultado una prueba a la paciencia y tolerancia para muchos matrimonios. Aquellos que creían conocer a su alma gemela descubren nuevas cualidades, defectos y sorpresas. Muchos dicen estar viviendo una segunda luna de miel, mientras otros dicen pasar un infierno.

Los cinéfilos

Estas personas han optado por hacer maratones de películas y más allá de los populares filmes de Hollywood han descubierto interesantes novedades en el cine europeo y latinoamericano. Como consecuencia han desarrollado un mejor gusto y sentido de crítica.

Los bebedores

Beben tragos fuertes, vinos, cocteles hechos en casa para pasar las penas o no perder la costumbre, y cuando se termina el alcohol beben café, té y agüita perra.

Los que dejaron de procastinar

Aquellos que dijeron que ciertas actividades son “para después”, ahora tienen tiempo suficiente para cumplir aquella lista de pendientes. Se han puesto a arreglar su closet, clasificar la ropa, planchar, reorganizar los espacios y componer aquello que estaba dañado. En este grupo se incluyen quienes han descubierto lo valioso que resulta tener un taladro, desarmadores y un costurero en la casa.

Los sociales

Para algunos el distanciamiento social no es impedimento para verse con amigos y familia, aunque sea por una pantalla. Aprovechan las bondades de la tecnología y organizan reuniones en línea. Han utilizado el tiempo disponible para conversar con aquellos parientes lejanos o incluso con sus ex compañeros del jardín.

Esta época muchos de nosotros hemos optado el comportamiento de uno o varios de estos personajes, yo misma soy el 90% de ellos. Pero más allá de poner un poco de humor, reconozco que este tiempo implica retos, dificultades y miedos. Estos días de permanecer en casa nos ha permitido conocer las fortalezas y el lado más oscuro de nosotros mismos y de quienes nos acompañan. Independientemente de lo que hayamos hecho para tolerar de mejor manera esta cuarentena, todos vemos la vida de forma distinta. Hemos llegado a apreciar a la fuerza el valor de la salud, la libertad y el tiempo, mientras guardamos la esperanza que la cuarentena termine pronto. 

Amor en tiempos de cuarentena

Lecciones del invierno

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