Hablando a lo Ecuatoriano en Chile

  • La Jardinera
  • 2 diciembre, 2019
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Los dilemas de dichos y palabras de cada país

El venir a Chile ha significado una nueva experiencia de vida. La comida, las costumbres, la cultura, el acento y los modismos, son algunas de las variantes en esta nueva etapa. He confirmado que existen grandes diferencias y a pesar de hablar español tanto en Ecuador como en Chile, una misma palabra puede tener otros significados.

Tuve los primeros indicios cuando apenas llegué y decidí participar en una feria de emprendimiento para mostrar mis rosas eternas. Durante el primer día hice amistad con una joven que elaboraba accesorios; también era nueva, aunque con la gran ventaja que su madre (igualmente expositora) la ayudaba en todos los detalles de la feria. Las dos mujeres resultaron mi salvación ante mis inquietudes, problemas de logística y por supuesto una buena compañía. Llegada la tarde me preguntaron si había llevado “ampolleta”, que era un requisito de los organizadores. Lo primero que se me vino a la mente fue “Nos van a vacunar. ¡Qué precavidos estos chilenos!”. No tenía ni pies ni cabeza mi conclusión pero en mi país la palabra ampolleta siempre está relacionada a medicamentos, por lo que pregunté con suspicacia si había alguna epidemia y qué tipo de «ampolleta» teníamos que comprar. Con mucha sorpresa e intriga me empezaron a decir que es sumamente normal que los expositores lleven ampolletas a las ferias. ¿Entonces es normal que se vacunen? ¿Contra qué? Dije yo. Madre e hija me miraban sin entender, por lo que sacaron una cajita para mostrarme y explicarme lo que era una ampolleta: UNA BOMBILLA o también llamado «foco» en Ecuador.  Ahora todo tenía sentido.

Las conversaciones cotidianas se han convertido en un dilema para entender y también para que me entiendan. Me causa mucha gracia y confusión confirmar cómo varían las palabras y expresiones de un país a otro. Más de una vez me ha pasado que converso de corrido hasta que me detienen para preguntar qué significa tal o cual palabra, sólo ahí me percato que esas palabras son solo comprensibles en Ecuador.

Yo digo  “el comoes” a lo que aquí es “el coso”. Yo tomo “un traguito”, mientras los chilenos toman “un copete”. Cuando nos vamos de fiesta en Ecuador decimos que vamos a “farrear” acá van a “carretear”. Cuando se nos va la mano en los tragos los ecuatorianos tenemos “chuchaqui”, a lo que los chilenos tienen “caña”.  Cuando aparece algún imprudente yo digo “qué shunsho”, aquí exclaman “qué aweonao”. A mí me gusta tomar en la tarde “un cafecito”, y aquí “toman once”. Me encanta ir a comer en “las huecas”, aquí son “las picadas”. Cuando yo me voy a dormir, aquí “van a hacer tuto”. Cuando algo me disgusta digo “qué tontera”, a lo que aquí dicen “qué fome”. El apremio del “rápido” o el “muévete” a la ecuatoriana, aquí se manifiesta “al tiro”, mientras que el “chismear” de nosotros se dice acá “copuchar”. En Ecuador los“ norios” siempre sacan 20, mientras que en Chile los “mateos” siempre tienen 7.

Me miran con gracia cuando digo “qué buenazo”, “cha madre”, “chévere”, “de ley”, “qué mier…coles” así como también cuando añado énfasis a casi todos los adjetivos con  el ”azo” o el “full”. Mientras a mí me causa la misma gracia cuando los chilenos terminan sus frases con el “po” casi siempre acompañados de cientos de “weon”.

Faltaría espacio para continuar con el listado de palabras y modismos, aunque tengo que reconocer que entre tanta diferencia también compartimos la misma concepción de “gil”, “wawa”, “pata”, “bacan”, “guata” y  “el cachar”. Lo cierto es que me encanta aprender de sus expresiones y compartir el significado de las mías, porque eso nos identifica y nos hace lo que somos. Incluso sospecho que he incluido en mi léxico algunas de las palabras chilenas, mientras que Francisco, mi esposo chileno, también ha adoptado algunas palabras ecuatorianas sin darse cuenta, quizá sea una de las consecuencias de la convivencia diaria.

Después de todos estos meses viviendo en Chile puedo decir que ahora entiendo y me entienden con mayor facilidad, pero tengo la seguridad que seguiré teniendo confusiones y divertidos momentos por hablar a lo ecuatoriano.

Cómo fue que llegué a Chile

Deseos de año nuevo

Un pensamiento en "Hablando a lo Ecuatoriano en Chile"

  • Myrian Arias

    Me encanta… Me sorprendi cuando en mis tardes de amigas fui a mi rinconcito en Cunani y ya no te encontre, al enterarme que seguiste tú corazón entendí la razón, me encanto leerte y siempre a pesar de que soy mucho mayor «admiro tu trabajo». Aqui en tu Latacunga y en donde estés, muchos éxitos Att. Myrian

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